1910: Todo comienza con Sika-1 y el túnel del Gotardo
Fundación Sika
Kaspar Winkler motivado por su espíritu emprendedor, en 1910 puso la piedra angular de nuestra empresa al inventar el Sika-1, un aditivo impermeabilizante de mortero de fraguado rápido, que se utilizó para impermeabilizar el túnel San Gotardo. Permitió a la compañía ferroviaria suiza electrificar la importante conexión entre el norte y el sur de Europa.
La innovación satisfajo la demanda
Kaspar Winkler visualizó una oportunidad en el mundo, para sus mezclas innovadoras e inauguro filiales en todo el mundo. En la década de 1930, contaba con 15 filiales en Europa, EE. UU., Argentina, Brasil y Japón establecieron nuevos mercados de productos químicos para la construcción..
Los primeros años fueron muy difíciles, el avance se produjo cuando los Ferrocarriles Federales Suizos realizaron pruebas exitosas para impermeabilizar los túneles de la sección de San Gotardo. Esto fue necesario para poder utilizar los trenes eléctricos. Los ferrocarriles nacionales suizos impermeabilizaron 67 túneles con soluciones Sika durante los siguientes años .
Expansiones
Después de este éxito, Kaspar Winkler probó suerte en el extranjero. Se dio cuenta de que necesitaba un gerente con experiencia internacional y contrató a un Director de Operaciones Extranjeras, que fundó filiales en Inglaterra, Italia y Francia entre 1926 y 1928.
Sin embargo, el director quería ser socio. Realizó arreglos para que no lo despidieran. Hubo un litigio durante años hasta que la compañía se dividió por arbitraje en 1932.
En 1928, el yerno de Winkler, Fritz Schenker, se unió a la junta ejecutiva de la empresa y buscó la expansión mundial. Para 1935, Sika tenía presencia en Europa, Sudamérica y Asia.
Los tiempos fueron difíciles durante la Segunda Guerra Mundial, pero las compañías Sika lograron continuar su trabajo.
La llegada de Romuald Burkard, en 1953 impulso un cambio de segunda generación en Suiza. En 1971 muere su suegro Fritz Schenker, por lo que Burkard se hizo cargo de la dirección del grupo. Sika luego cotizó en la bolsa de valores suiza.
Sin embargo, con la crisis económica de fines de los años 60, Sika cayó en una grave crisis. Sika pudo evitar la insolvencia.
La grave recesión de los años 70 fortaleció el Espíritu Sika. Los empleados sentían la responsabilidad personal por su trabajo y la empresa en general, con una actitud solidaria y optimista. El espíritu Sika constituye el ADN de la compañía.
Con el versátil adhesivo Sikaflex, Sika abrió un nuevo campo de negocios en la década de los '80: la industria automotriz. En el proceso, Sika diversificó su camino tradicional de la química de la construcción. Con Sikaflex y los morteros recién introducidos, Sika estaba en la senda correcta para enfrentar el futuro.
Otro importante grupo de productos que pudo resistir la recesión fue "Reparación y Mantenimiento". Para reducir la dependencia de la industria de la construcción en el futuro, se amplió específicamente la gama de soluciones de "Reparación y Mantención". Un campo de mercado vigente al día de hoy.
Sika experimentó un periodo de rápido crecimiento. Entre 1990 y 1995, se fundaron 16 nuevas filiales. El volumen de negocios aumentó de CHF 2 mil millones a más de CHF 4.6 mil millones, una parte significativa fue a través de la adquisición de 36 empresas entre 2000 y 2008. Durante ese mismo período, la fuerza laboral aumentó de 8,000 a 13,000.
Del piso al techo
Desde el año 2000, Sika resume sus competencias básicas en pegado, sellado, amortiguación, refuerzo y protección. Del piso a la cubierta. Sika tiene como foco ser el líder del mercado en estas disciplinas tecnológicas.